Con la mitad de los hogares europeos con un animal de compañía y cifras en aumento, esta tendencia impacta significativamente tanto a los cuidadores de animales de compañía como a la sociedad en su conjunto. Los animales de compañía son considerados cada vez más como valiosos miembros de la familia, y muchos cuidadores se identifican como "dueños de mascotas", lo que genera mayores expectativas para la atención médica veterinaria y transforma el mercado del cuidado de animales de compañía.
Tradicionalmente, las clínicas veterinarias operaban como empresas unipersonales, donde veterinarios individuales o pequeños grupos administraban sus propias clínicas y asumían la responsabilidad personal de las deudas y obligaciones de la clínica. Con el paso de las décadas, este modelo ha evolucionado para incluir diferentes estructuras organizativas, que van desde sociedades de responsabilidad limitada, empresas conjuntas, sociedades, grupos de compra y propiedad corporativa.
Las veterinarias corporativas son operadas por empresas en lugar de individuos o grupos de profesionales veterinarios. Estos van desde empresas familiares o que cotizan en bolsa hasta grandes grupos de inversión internacionales, a menudo financiados por capital privado. En Europa, la tendencia ganó impulso hace aproximadamente 30 años, particularmente en el Reino Unido. Se aceleró aún más en 2012 cuando Evidensia se expandió rápidamente para convertirse en el grupo líder de cuidado de animales de compañía del norte de Europa, fusionándose más tarde con IVC Evidensia. Desde entonces, la corporativización ha seguido expandiéndose en todos los países y aumentando su participación de mercado.
Si bien los medios de comunicación y la literatura han resaltado el aumento y las preocupaciones asociadas con la corporativización en el sector veterinario, un estudio transversal ha utilizado de métodos mixtos para explorar por primera vez de manera comparable la integración de las empresas en Europa, el número de empresas que emplean veterinarios clínicos, el marco legal, las reglas de propiedad de las prácticas veterinarias y el impacto de la corporativización en la cultura laboral veterinaria en todo el continente.
Esta publicación tuvo como objetivo proporcionar una descripción general del grado de corporativización en el mercado europeo de atención veterinaria, explorando sus efectos en los proveedores de atención veterinaria, los animales de compañía, sus cuidadores y la sociedad en general.
Un total de 12.397 profesionales veterinarios procedentes de 37 países completaron la encuesta para el estudio. Alrededor del 16 % de todos los veterinarios que respondieron trabajaban en la práctica corporativa en Europa, frente al 51 % de los veterinarios que respondieron en la práctica independiente y el 33 % en otras formas de propiedad.
Los autores explican que el cambio generacional facilita el crecimiento de la práctica veterinaria corporativa. Así, según escriben, las generaciones anteriores de veterinarios, que ingresaron a la profesión sin la opción de trabajar en una empresa, tendían a aceptar la propiedad con mayor facilidad, a pesar de los riesgos asociados. Sin embargo, “al acercarse estas generaciones a la jubilación, a menudo recurren a la venta de sus clínicas como un componente clave de su estrategia de jubilación”. A esto se suma la disminución del número de veterinarios jóvenes interesados en la propiedad, lo que incentiva aún más la corporatización como estrategia de salida para los veterinarios jubilados.
“Los millennials, que están ganando prominencia en la fuerza laboral y priorizan el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y la especialización profesional, a menudo consideran que las corporaciones son más atractivas que el modelo tradicional de propiedad de la práctica independiente”, exponen.
Los países con el mayor número de veterinarios que respondieron trabajando en prácticas corporativas fueron el Reino Unido (44 % de veterinarios en ejercicio trabajando en prácticas corporativas), Suecia (34 %), Noruega (27 %), Lituania (26 %), Portugal (21 %) y Finlandia (20 %).
Así, el estudio describe que según la cantidad de prácticas y clínicas que posee, las principales empresas son IVC Evidensia Group, CVS Group plc, PetsAtHome, Mars Inc. (AniCura), VetPartners, Medivet, Premier Veterinary Group plc y VetFamily.
Las conclusiones del trabajo destacan los principales impulsores y obstáculos para la corporatización, así como las oportunidades y los desafíos asociados a ella.
En cuanto al bienestar mental, los datos revelaron indicadores de conciliación comparables entre veterinarios de consultorios corporativos e independientes. Las horas de trabajo contratadas fueron prácticamente idénticas: los veterinarios corporativos promediaron 37 h semanales en comparación con las 37,4 h de sus homólogos independientes. De igual forma, las horas trabajadas fueron muy similares: 42,2 h semanales para los veterinarios corporativos y 43,1 h para los independientes. Sin embargo, comentan que “los veterinarios corporativos declaran un ligero aumento de vacaciones anuales, tanto en días contratados (25,8 días/año frente a 22,1 días/año) como en días festivos (23,4 días/año frente a 19,9 días/año)”.
En cuanto a la tendencia, de cara al futuro, se prevé que esta persista, con más graduados recientes buscando empleo en empresas corporativas y absteniéndose de emprender sus propios negocios. Los resultados indicaron un aumento proyectado del 25 % en el número de veterinarios empleados durante los próximos tres años, en contraste con un aumento de tan solo el 1% en el número de nuevos propietarios de consultas.
Los autores también han analizado las oportunidades y desafíos vinculados a la corporativización de la profesión veterinaria europea. En primer lugar, consideran que ha dado lugar a consultas más grandes y especializadas, principalmente en zonas urbanas, y a opciones de diagnóstico y tratamiento más avanzadas. Sin embargo, también ha sido similar en otros campos profesionales de la salud, suscitando un debate considerable dentro de la profesión veterinaria europea. Los resultados mostraron que los principales desafíos a los que se enfrentan los veterinarios europeos varían entre las consultas corporativas e independientes: en las consultas corporativas, los tres principales desafíos identificados fueron la contratación y la escasez de personal (69 %), la carga de trabajo excesiva (47 %) y la incapacidad de los clientes para pagar las facturas (27 %), mientras que en las consultas independientes, los principales desafíos fueron la carga de trabajo excesiva (65 %), la contratación y la escasez de personal (46 %) y el aumento de los costes de los productos y medicamentos (27 %).
Por otro lado, entre las principales ventajas destacadas por el corporativismo, los autores citan el desarrollo de tratamientos veterinarios avanzados, ya que las empresas pueden invertir en especialistas veterinarios y equipos de última generación, lo que permite tratamientos avanzados, así como el desarrollo profesional, formación y crecimiento de los veterinarios.
A su vez, las estructuras más grandes pueden lograr eficiencias mediante economías de escala, ofreciendo protocolos de atención estandarizados, apoyo administrativo centralizado e inversiones en instalaciones, equipos y tecnología avanzada. También las compras al por mayor permiten obtener descuentos en productos veterinarios.
Las organizaciones más grandes, del mismo modo, indican, suelen ofrecer programas estructurados de formación para graduados, formación interna y oportunidades de especialización. Estas ofertas “son especialmente atractivas para veterinarios recién graduados y en el inicio de su carrera”.
Sin embargo, también han recalado en las posibles problemáticas de este tipo de negocio. Por ejemplo, prevén un doble impacto en el bienestar animal. Por un lado, las clínicas corporativas pueden invertir en especialistas veterinarios y equipos de última generación, lo que permite tratamientos avanzados. Por otro lado, a medida que la clientela percibe el aumento de los costes asociados con la atención veterinaria, “los cuidadores de animales pueden ser menos propensos a buscar asesoramiento veterinario, lo que resulta en una menor probabilidad de diagnóstico y tratamiento tempranos y, consecuentemente, efectos negativos en la salud y el bienestar animal”.
Por otro lado, consideran que los veterinarios corporativos pueden tener mayor riesgo de enfrentar limitaciones en la toma de decisiones clínicas y operativas debido a los requisitos y políticas financieras internas de la corporación. En este sentido, consideran que “salvaguardar la independencia clínica profesional de los veterinarios es esencial para garantizar la autonomía en el diagnóstico, las herramientas diagnósticas, las opciones de tratamiento y la selección de intervenciones, la atención al paciente y la derivación a especialistas”.
Otros desafíos mencionados han sido el riesgo de monopolio, o la volatilidad de las decisiones empresariales económicas que pueden llevar descuidar las áreas menos rentables de la medicina veterinaria, por ejemplo, las zonas rurales y remotas.
Por último, han comentado que “nuestra investigación subrayó la necesidad de una mayor investigación y transparencia en las estructuras de propiedad para comprender mejor los efectos de la corporatización veterinaria”. Estos conocimientos son “esenciales” para orientar a la profesión veterinaria hacia soluciones sostenibles que equilibren las realidades económicas con la autonomía profesional y las necesidades sociales. “Proteger la toma de decisiones clínicas de las presiones financieras y mantener una sana competencia protegerá los intereses de los animales, sus cuidadores, los veterinarios y la sociedad en general”. Además, explican que es fundamental garantizar una red veterinaria sólida en todas las especies y regiones, especialmente en las zonas rurales, donde las clínicas veterinarias desempeñan un papel crucial en el apoyo a la salud animal y pública. “Abordar estos desafíos contribuirá a asegurar un futuro sostenible y equitativo para todos los involucrados”.