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Exploran en España el uso de una prometedora técnica para tratar el insulinoma canino

Exploran en España el uso de una prometedora técnica para tratar el insulinoma canino

La combinación de terapia médica y cirugía en perros da como resultado un pronóstico significativamente mejor que el tratamiento médico solo
Perro veterinario
En comparación con los insulinomas humanos, los insulinomas caninos suelen ser más agresivos.

Las neoplasias pancreáticas primarias, de origen exocrino y endocrino, se han documentado en una variedad de especies, que abarcan humanos, perros, gatos y hurones. Sin embargo, estas son poco frecuentes en la población canina, con una incidencia estimada que varía de 0,01 % a 0,07 %. La neoplasia más prevalente que afecta al páncreas exocrino es el carcinoma pancreático, mientras que la neoplasia predominante del páncreas endocrino es el insulinoma

 

Los insulinomas surgen de las células β pancreáticas, que representan el 60-75 % de todos los islotes de células de Langerhans y se encuentran principalmente en el medio de cada islote. Las células β secretan insulina, la hormona dominante para reducir la glucosa, y amilina. Las células β neoplásicas, a pesar de retener cierta capacidad de respuesta a los estímulos fisiológicos, exhiben un comportamiento anormal. 

 

Estas células aberrantes pueden sintetizar y secretar insulina de forma independiente, sin la influencia supresora típica de la hipoglucemia. Como resultado, la regulación de la insulina y la glucosa se desacopla de los mecanismos de retroalimentación normales. Por lo tanto, la secreción inapropiada de insulina por parte de las células neoplásicas conduce a la hipoglucemia y al aumento de las concentraciones de hormonas contrarreguladoras antagonistas de la insulina y signos clínicos asociados.

 

Prometedora técnica para tratar el insulinoma canino

 

Las manifestaciones clínicas más comunes son las características de la neuroglucopenia, que incluyen convulsiones, debilidad, paresia posterior, colapso y ataxia propioceptiva, que a menudo se producen de forma episódica. Los pacientes caninos también pueden presentar temblores musculares, nerviosismo y aumento del apetito secundario a la estimulación inducida por la hipoglucemia del sistema nervioso autónomo. 

 

Asimismo, la hipoglucemia prolongada y grave puede, en última instancia, conducir a la necrosis laminar cortical cerebral, lo que resulta en coma y muerte. Aunque los insulinomas se observan con mayor frecuencia en perros de razas medianas a grandes, también pueden ocurrir en perros más pequeños, siendo los West Highland White Terriers los que están sobrerrepresentados. Los perros de mayor edad son los más afectados. 

 

El diagnóstico de insulinoma se basa en una combinación de signos clínicos, análisis de sangre y hallazgos de diagnóstico por imágenes. La anomalía de laboratorio más constante en perros con insulinoma es la hipoglucemia emparejada con normoinsulinemia o hiperinsulinemia. Sin embargo, los niveles de glucosa pueden fluctuar erráticamente, por lo que pueden ser necesarias mediciones repetidas para documentar valores anormales. Además de los análisis de sangre, las imágenes médicas son un procedimiento estándar para evaluar el páncreas en busca de lesiones similares a masas y evaluar la metástasis local o distante. 

 

En comparación con los insulinomas humanos, los insulinomas caninos suelen ser más agresivos, con una mayor tendencia a hacer metástasis en los ganglios linfáticos regionales y el hígado. Los insulinomas suelen aparecer como lesiones localizadas y diferenciadas dentro del páncreas, con frecuencia de dimensiones relativamente pequeñas. 

 

Sin embargo, ocasionalmente pueden presentar una distribución más generalizada y difusa en todo el parénquima pancreático. Aunque los resultados posoperatorios sugieren que la mayoría de los insulinomas caninos han hecho metástasis en el momento del diagnóstico, los exámenes intraoperatorios confirman metástasis solo en el 45-55 % de los casos. 

 

Por otra parte, la intervención quirúrgica sigue siendo la piedra angular del tratamiento de los insulinomas en perros, y técnicas como la resección laparoscópica parecen prometedoras para permitir enfoques más mínimamente invasivos. El procedimiento quirúrgico conlleva riesgos significativos, incluyendo pancreatitis, diabetes mellitus, complicaciones de la herida y hemorragia. 

 

Estrategias de manejo médico

 

Las estrategias de manejo médico se centran en controlar los signos clínicos de la hipoglucemia, en lugar de abordar directamente el proceso neoplásico subyacente. Asimismo, las opciones de manejo médico para perros con insulinoma incluyen modificaciones del estilo de vida y la dieta y/o manejo farmacéutico con glucocorticoides, fosfato de toceranib u otros fármacos. 

 

Los inconvenientes incluyen respuestas impredecibles, efectos secundarios, problemas logísticos con la vía y frecuencia de administración, disponibilidad del producto y coste. Si bien el manejo médico puede proporcionar un alivio sintomático temporal, no ofrece una cura definitiva. Ahora bien, la combinación de terapia médica y cirugía en perros da como resultado un pronóstico significativamente mejor que el tratamiento médico solo. 

 

Algunas técnicas ablativas, incluida la ablación inyectiva (usando etanol u otros agentes ablativos), la ablación por radiofrecuencia (RFA), la ablación por microondas, la terapia fotodinámica y la ablación láser, se han descrito en medicina humana. Sin embargo, la ablación por radiofrecuencia ha surgido como una alternativa prometedora a la resección quirúrgica para el manejo de insulinomas.

 

En este contexto, un estudio realizado por los veterinarios de la Universidad de Zaragoza, Ignacio de Blas y Pablo Gómez Ochoa, además de Lucas Gago, de la Universidad Autónoma de Barcelona, junto a los veterinarios Ignacio Rodríguez-Piza, Beatriz Balañá y María Dolores Alférez, en colaboración con compañeros de Italia y Portugal, se ha propuesto describir la ablación por radiofrecuencia percutánea guiada por ecografía de insulinomas y sus metástasis para lograr el control de la glucemia. El objetivo principal fue evaluar la viabilidad, la seguridad y los resultados en una cohorte de 29 pacientes caninos.

 

Tratamiento basado en corrientes eléctricas

 

La ablación por radiofrecuencia es un tratamiento mínimamente invasivo basado en corrientes eléctricas alternas de alta frecuencia desde un electrodo que produce agitación iónica y genera calor por fricción, causando así necrosis por coagulación. 

 

Esta técnica mínimamente invasiva implica la aplicación precisa de corrientes eléctricas de alta frecuencia para destruir selectivamente el tejido tumoral mientras se preserva el tejido pancreático sano circundante. 

 

“La incorporación de este enfoque dentro de la medicina veterinaria tiene el potencial de ofrecer a los pacientes caninos que sufren de insulinomas una opción de tratamiento menos invasiva, que puede producir menos complicaciones postoperatorias y facilitar un período de recuperación más rápido”, han indicado los autores.

 

Como se ha mencionado anteriormente, la población de estudio estuvo compuesta por 29 pacientes caninos que se sometieron a ablación percutánea por radiofrecuencia por insulinoma. El procedimiento de ablación por radiofrecuencia percutánea guiada por ecografía se realizó bajo anestesia general con el perro en decúbito lateral derecho o izquierdo, dependiendo de la localización de la lesión.

 

Cabe destacar que no se observaron complicaciones mayores durante el procedimiento, ni se detectó sangrado ni perforaciones. En dos pacientes, el periodo de hospitalización se alargó tres días debido a la presencia de vómito y dolor abdominal. Asimismo, se realizó un seguimiento de doce pacientes más allá de los dos años posteriores a la ablación por radiofrecuencia; ocho perros mantuvieron niveles de glucosa estables, mientras que cuatro progresaron, lo que requirió procedimientos repetidos de ablación por radiofrecuencia para controlar su estado glucémico.

 

Este estudio demuestra, tal y como comentan, que la ablación por radiofrecuencia guiada por ecografía percutánea es un procedimiento eficaz y seguro para el tratamiento de los insulinomas y sus metástasis en perros, lo que podría ofrecer un nuevo enfoque alternativo para el manejo de los tumores pancreáticos neuroendocrinos.

 

En resumen, la ablación térmica puede ofrecer “una estrategia de tratamiento novedosa y alternativa para el manejo de los insulinomas y sus metástasis en los ganglios linfáticos”.  El estudio demostró “una rápida mejoría clínica después de la ablación por radiofrecuencia, como lo demuestran los cambios en la apariencia ecográfica del tumor y la normalización de los niveles de glucosa en sangre, sin ninguna complicación importante posterior al procedimiento”. Aunque se necesita más investigación para comprender completamente el papel de la ablación por radiofrecuencia, ya sea como tratamiento primario o en combinación con otras modalidades, “los hallazgos iniciales son alentadores”. Por lo tanto, los autores recomiendan considerar la ablación por radiofrecuencia como parte de un enfoque multimodal para el manejo de los insulinomas.

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