En la mayoría de ocasiones, las conversaciones sobre medicina preventiva en perros y gatos se suelen enfocar en dos aspectos: la vacunación o la desparasitación. Sin embargo, una vez que el veterinario adopta una visión global, es decir, el enfoque Una Sola Salud, descubre que la medicina preventiva en Veterinaria realmente se trata de todo lo que conlleva prevenir un proceso patológico.
“No la puedes ver como algo muy particular, no funciona así. La medicina preventiva es un sin número de acciones encaminadas a educar, prevenir y controlar”, explicó Carlos Munguía Hernández, licenciado en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, en declaraciones para Diario Veterinario.
La medicina preventiva es un proceso educativo y, por otro lado, un proceso adaptativo “en el que el tutor entienda cuál es el concepto del problema, cómo lo va a prevenir y, en su momento, cómo lo vamos a mantener controlado”, añadió.
Además, es también un proceso permanente, pues el comportamiento de algunas enfermedades está predispuesto a cambiar y “todo lo que se sabía ya no funciona de la misma forma”.
En el día a día del ejercicio de su profesión, Carlos Munguía intenta explicar al tutor de una mascota “que lo que él deja de hacer (el propietario) va a repercutir en su propia salud”. Para ejemplificar esto, Munguía recurre a repasar junto con los tutores una de las situaciones más comunes: sacar a pasear a un perro para que este pueda defecar. “Lo que la mayoría de tutores siempre me dice es que eso es abono. Pero lo primero que les explico desde el punto de vista técnico es que un excremento que se deja en la hierba genera gas metano, no se biodegrada, el cual tiene un efecto invernadero”, señaló el veterinario.
Y si, además, el propietario vive en una zona que tiende a inundarse durante las lluvias, al bajar el agua, el excremento que se dejó y puede traer parásitos porque no se desparasita al perro más que una vez al año o ninguna, se secará y convertirá en contaminante. Y es así como, a través del viento, este desecho puede llegar a infectar a otros animales o humanos. Esta situación es un buen ejemplo para explicar el concepto Una Sola Salud, dinámica con la que medicina preventiva debe funcionar e involucra de alguna forma a todos los actores: animales, humanos y medio ambiente.
“Si tú no hiciste desde el principio lo que te correspondía, que era llevar una medicina preventiva adecuada en tu paciente, un diagnóstico coprológico para saber qué tipo de parásitos tenía, provocaste con tus manejos que se generara a lo mejor una inundación y esta trajo como consecuencia la polución, y esa polución en su defecto contaminó al alimento que tú acabas de consumir. Tú eres responsable de tu propia enfermedad”, exhortó Carlos Munguía.
En palabras del veterinario, la medicina preventiva “es algo fácil si lo hacemos con palabras entendibles para la mayoría de las personas; lo que acabo de explicar es el claro ejemplo de una triada epidemiológica pero de una forma simplificada, tan simple como es”. La aplicación y educación de la medicina preventiva “son de las cosas en las que tenemos que hacer énfasis para lograr un beneficio para todos, para la salud pública”, añadió.
“Si tú das por hecho que las personas están conscientes de que existe un riesgo, desde aquí estamos equivocados”, advirtió el especialista en salud pública. Por ello, los veterinarios tienen la responsabilidad de dar a conocer todos los peligros a los que están expuestos tanto la mascota como el tutor y actores cercanos para prevenir.
Sin embargo, la medicina preventiva también debe estar enfocada “a un grupo o grupos de estudio o trabajo; no puedes dar por hecho que todos los pacientes funcionan igual. Pero también tienes que buscar la forma de que la protección sea en el mayor número de personajes posible”, aclaró Carlos Munguía.
Un claro ejemplo de lo anterior es cuando un tutor posee un perro carlino o pug. En este caso, el veterinario deberá enfatizar la existencia de distintas enfermedades respiratorias caninas y cómo estas pueden perjudicar de forma especial a este perro, pues este tipo de perro es un paciente braquiocefálico. En la atención médica pública de primer nivel y en la consulta privada diaria, son los veterinarios quienes dan el primer paso para difundir la información necesaria para hacer posible la medicina preventiva.
Debido a que, desde hace aproximadamente dos años, Carlos Munguía comenzó a impartir conferencias en torno a medicina preventiva y salud pública en pequeñas especies, él asegura que la visión de los profesionales actuales, que son parte fundamental del proceso formativo de los alumnos, “va encaminada precisamente a Una Sola Salud”, visión que hace más sencillo entender la medicina preventiva. Sin embargo, todavía existen algunas universidades que no manejan este punto de vista.
“No todos tienen la misma cosmovisión de la situación, y lo menciono como cosmovisión porque a final de cuentas, esto es un proceso donde todos estamos involucrados, donde hasta la gente que no tiene nada que ver con la medicina propiamente, también está involucrada”, señaló el experto.
De acuerdo con la experiencia de Munguía, no se está haciendo todavía lo necesario para enseñar la medicina preventiva porque, en el área pública, aún existe la visión de que la medicina humana es la única importante, o los veterinarios desconocen su impacto en la salud pública.
“Cada uno de los actores ve las cosas desde su trinchera y la parte interesante de esto es lograr que esta visión se convierta en una donde se entienda que el veterinario debe de tener una incidencia sobre el cirujano, para que, a su vez, este tenga incidencia sobre el enfermero, sobre la responsabilidad que tenemos dentro de la salud pública y cómo la prevenimos a través de la prevención de enfermedades en los animales”, subrayó.
Determinar cuáles son las acciones que hacen falta para lograr una cultura preventiva es sumamente complejo. Por un lado, como lo indicó Carlos Munguía, implica costes económicos, así como de recursos humanos, la enseñanza del conocimiento y su replicación.
Sin embargo, de acuerdo con el especialista, tres conceptos podrían funcionar como base: visualizar el proceso de salud-enfermedad como parte de la visión Una Salud; la educación, “tomando en cuenta que no todos aprenden de la misma forma”, lo que implica que los programas tanto en la salud pública como en la salud privada estén encaminados al grupo en el que se trabajarán, y la forma de incidir en él esté determinada de acuerdo con sus características, y a su vez hacer entender a los veterinarios el grupo en el que se encuentran; y, finalmente, comprender que la medicina preventiva debe ser interprofesional, un proceso donde todos son responsables de incidir sobre un padecimiento.
“No necesitas explicarle técnicamente a las personas sobre el proceso salud-enfermedad, necesitas explicar lo que las personas necesitan entender para que sea mucho más fácil para ellas transmitirle a las personas con las que tienen primer contacto respecto a la enfermedad, para poder orientar de forma más precisa la atención médica en los tutores y los pacientes”, concluyó Carlos Munguía.