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Una nueva cepa de coronavirus recombinante tras el brote de PIF en los gatos en Chipre
EDICIÓN

Una nueva cepa de coronavirus recombinante tras el brote de PIF en los gatos en Chipre

​La cepa, no descrita anteriormente, parece haber tomado prestada información genética de un coronavirus canino altamente virulento
Gatos callejeros
El riesgo general para los gatos fuera de la isla sigue siendo bajo.

Cuando miles de gatos comenzaron a morir este año en la isla mediterránea de Chipre, apodada la “isla de los gatos” por su población felina de un millón de habitantes, la crisis fue noticia internacional. Los animales tenían fiebre, barrigas hinchadas y letargo, síntomas que apuntaban a peritonitis infecciosa felina (PIF), una afección común causada por un tipo de coronavirus felino.


Ahora, los investigadores han identificado a un posible culpable: una nueva cepa de coronavirus felino que ha cooptado secuencias clave de ARN de un patógeno canino altamente virulento llamado coronavirus canino pantrópico (pCCoV). Los hallazgos, publicados en la revista Science, podrían ayudar a explicar cómo una enfermedad grave logró propagarse tan ampliamente entre los gatos de la isla.


"Han hecho un gran trabajo identificando lo que parece ser un virus muy interesante y preocupante", comenta Gary Whittaker, virólogo de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell que no participó en la investigación. Aunque ya se han informado cruces de coronavirus canino-felino, afirma, este es el primer caso documentado de un coronavirus felino combinado con pCCoV, lo que aparentemente conduce a una “tormenta perfecta tanto de enfermedad como de transmisibilidad”.


GRAN NUMERO DE GATOS AFECTADOS


Los veterinarios de Chipre dieron la alarma a principios de este año sobre el aumento de casos de PIF,que no está relacionado con el COVID-19 y no afecta a los humanos. En julio, los activistas animales y los medios de comunicación habían informado de casi 300.000 muertes, aunque los veterinarios locales revisaron esa cifra drásticamente a la baja, a aproximadamente 8.000. En agosto, el gobierno chipriota aceptó el uso veterinario del medicamento humano SARS-CoV-2 molnupiravir, que bloquea la replicación del coronavirus y parece ser un tratamiento eficaz para la enfermedad, como publicaba Diario Veterinario.


El rápido aumento de casos planteó a los científicos un enigma. La mayoría de los coronavirus felinos infectan el intestino, donde causan infecciones leves que no llegan a convertirse en PIF. Estas cepas se transmiten fácilmente de un gato a otro a través de las heces. A veces mutan en una forma más peligrosa llamada virus PIF (PIFV) que, en cambio, infecta las células inmunitarias y desencadena enfermedades graves. Pero a diferencia de las cepas intestinales, el PIFV normalmente no se transmite entre animales.


Para determinar qué estaba causando las nuevas infecciones, investigadores de la Universidad de Edimburgo y sus colegas recolectaron muestras de líquido del abdomen y la columna vertebral de gatos enfermos ingresados en clínicas de Chipre y utilizaron secuenciación de ARN para buscar información genética viral. Lo que encontraron fue un coronavirus felino no descrito previamente, al que denominaron FCoV-23, que contiene una gran porción de ARN del virus canino pCCoV. (El "pantrópico" en su nombre significa que, a diferencia de los coronavirus caninos intestinales normales, el pCCoV infecta muchos tejidos diferentes).


FCoV-23 parece haber surgido cuando un coronavirus felino encontró pCCoV en un huésped animal no identificado y cooptó la proteína de pico de este último, la estructura que utilizan los coronavirus para acceder a las células huésped, explica la coautora del estudio Christine Tait-Burkard, viróloga en el Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo. Este y otros ajustes genéticos pueden haber permitido que FCoV-23 causara PIF grave sin dejar de infectar los intestinos y propagarse a través de las heces, añade. El equipo también especula que los cambios en la proteína de pico podrían haber hecho que el FCoV-23 fuera más estable fuera de un huésped animal, aumentando la posibilidad de transmisión a través del contacto con heces contaminadas.


MUCHAS PREGUNTAS SIN RESPUESTA


Aún no está claro hasta qué punto se ha propagado el FCoV-23, aunque recientemente se identificó un caso en el Reino Unido en un gato importado de Chipre. El riesgo general para los gatos fuera de la isla sigue siendo bajo, afirma Tait-Burkard.


Margaret Hosie, viróloga de la Universidad de Glasgow y presidenta del Consejo Asesor Europeo sobre Enfermedades de los Gatos, ha expresado que es emocionante tener respuestas de los datos virológicos que surgen de la población chipriota. Sin embargo, advierte que hay muchas preguntas abiertas sobre cómo el FCoV-23 se propaga y causa enfermedades. Por ejemplo, se necesitarán más datos epidemiológicos para garantizar que el virus se transmita directamente de un gato a otro a través de las heces.


El aparente aumento de casos de PIF este año podría ser en parte el resultado de una mayor conciencia sobre la afección, señala. “No conocemos las cifras anteriores, por lo que no podemos decir que haya habido un brote enorme". Los coronavirus felinos y pCCoV han coexistido en la región mediterránea durante años, añade, por lo que “es posible que el cruce genético haya ocurrido hace algún tiempo”.


Los científicos ahora están colaborando con investigadores en Chipre para realizar pruebas en gatos locales para detectar FCoV-23 y tener una mejor idea de su prevalencia y tasa de mortalidad. Ellos y otros también están trabajando para mejorar las herramientas de diagnóstico del virus y están planeando estudios de laboratorio para investigar cómo infecta diferentes tipos de células. El equipo también quiere investigar si las características únicas de FCoV-23 pueden explicar la tasa aparentemente alta de síntomas neurológicos de la enfermedad resultante, presente en el 28 % de los casos en comparación con el 14 % de la PIF típica.


Mientras tanto, el descubrimiento de este coronavirus mixto entre gato y perro resalta la importancia de adoptar un enfoque amplio e Inter especies para comprender la evolución viral, añade Whittaker. “Este coronavirus felino tiene un enorme potencial para que podamos comprender lo que sucede en general en la virología del coronavirus".

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