Nuevo estudio incide en la importancia de explorar la leishmaniasis en perros de zonas endémicas

La leishmaniosis canina causada por Leishmania infantum es una enfermedad con una amplia gama de manifestaciones clínicas. El perro se considera el principal reservorio doméstico de la infección por L. infantum, mientras que otros mamíferos como los cánidos salvajes, los roedores y los lagomorfos podrían mantener un ciclo de vida salvaje.

En regiones endémicas, donde las densidades de vectores competentes y huéspedes susceptibles son altas, particularmente cuando no se toman medidas preventivas, existe una alta prevalencia de infección por L. infantum en perros aparentemente sanos.

Además, los perros aparentemente sanos (sin evidencia de signos clínicos) se pueden dividir en dos grupos: perros seropositivos y perros seronegativos, pero PCR positivas.

En Europa se han llevado a cabo numerosas encuestas serológicas epidemiológicas en perros seropositivos aparentemente sanos. Sin embargo, la mayoría de estos estudios carecen de una evaluación exhaustiva del estado de salud clínico basada en un examen físico completo y pruebas de laboratorio de rutina.

Por lo tanto, el objetivo de un estudio llevado a cabo en España, en colaboración con investigadores italianos, fue evaluar el estado inmunológico y parasitológico combinado con los hallazgos clínico-patológicos de perros seropositivos aparentemente sanos que viven en áreas endémicas de infección por L. infantum.

Se realizaron exámenes de laboratorio de rutina, pruebas ELISA para cuantificar los anticuerpos anti- Leishmania, yPCR de Leishmania en sangre. Todos los perros inscritos eran L. infantum-seropositivos y se clasificaron como sanos (n = 105) o enfermos (n = 107) según las guías de leishmaniasis canina Leishvet.

El grupo de enfermos presentó una mayor proporción de niveles de anticuerpos medios a altos y PCR positiva en comparación con el grupo sano.

Asimismo, los perros enfermos “se clasificaron en su mayoría en el estadio II-a según la escala de LeishVet”. A su vez, las alteraciones bioquímicas (98 %) fueron los hallazgos clinicopatológicos más comunes, con menos alteraciones del tracto urinario (46 %) y a nivel hematológico (40 %).

Ante estos hallazgos, los autores consideran que los perros seropositivos se pueden clasificar entre perros verdaderamente sanos y perros enfermos con hallazgos clinicopatológicos. Los perros enfermos “presentaron seropositividad y parasitemia de media a alta, y sus anomalías clinicopatológicas más comunes fueron alteraciones de las proteínas séricas seguidas de proteinuria y linfopenia”.

En conclusión, “la investigación adicional de L. infantum en perros aparentemente sanos, es necesaria en el entorno clínico, ya que una proporción significativa de perros seropositivos que están enfermos con hallazgos clinicopatológicos no se detectan si no se realizan pruebas de laboratorio de rutina”.

La realización de estas pruebas de laboratorio de rutina con la combinación de un examen físico completo, “mejorará el diagnóstico temprano de la enfermedad, el tratamiento y el pronóstico de la leishmaniosis clínica”.

LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN

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