Ventajas del manejo quirúrgico en fracturas metacarpianas y metatarsianas en mascotas

Las fracturas metacarpianas (MC) y metatarsianas (MT) ocurren con una incidencia de hasta el 5-12 % de todas las fracturas en perros y del 3 % en gatos. Por lo general, son el resultado de traumatismos debido a golpes y caídas.

Históricamente se ha recomendado el tratamiento conservador para las fracturas con desplazamiento mínimo y las fracturas en las que al menos un hueso principal que soporta peso no está dañado. Recomiendan la cirugía cuando se fracturan más de dos huesos, o si ambos huesos principales que soportan peso están afectados. Además, aconsejan la cirugía para fracturas significativamente desplazadas, fracturas abiertas, fracturas infectadas y aquellos en perros grandes o de trabajo.

Ahora, un estudio publicado en Springer Nature ha buscado determinar si existe alguna diferencia significativa en las tasas de curación y complicaciones entre el tratamiento abierto quirúrgico y el cerrado conservador. 

Los autores revisaron retrospectivamente las historias clínicas de perros y gatos con fracturas metacarpianas/metatarsianas con seguimiento completo. Los pacientes fueron asignados en dos grupos: estabilización abierta o cerrada. También se registraron y compararon las complicaciones menores y mayores. La cicatrización de la fractura se clasificó como buena, tardía y sin unión.

Sesenta y tres pacientes (35 perros y 28 gatos) fueron incluidos. 31 fueron tratados con abordaje abierto y 32 con estabilización cerrada. Con respecto a la consolidación de fracturas, se encontró una proporción significativamente mayor de consolidación tardía/falta de unión en el grupo del tratamiento cerrado (12/32 frente a 2/31).

En cuanto a las complicaciones postoperatorias, un número significativamente mayor de animales en el grupo abierto no desarrollaron ninguna complicación (12/31 vs 3/32). Se informó una proporción significativamente mayor de complicaciones menores en el grupo cerrado (27/32 frente a 12/31). Sin embargo, detectaron un mayor número de complicaciones mayores en el grupo abierto (7/31 frente a 2/32), aunque esto no fue estadísticamente significativo. La mala alineación de la fractura fue más frecuente en los pacientes sometidos a estabilización cerrada (11/32 frente a 2/31).

Según los resultados, “se encuentra una mejor cicatrización, alineación de la fractura y menor tasa de complicaciones cuando las fracturas se estabilizan con una técnica abierta”. Sin embargo, otros factores como la configuración de la fractura, la afectación de los tejidos blandos, el carácter del paciente y la situación del cliente “también deben tenerse en cuenta en la decisión de la técnica de estabilización”, comentan los autores.