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Un veterinario recoge firmas para declarar la apicultura Patrimonio de la Humanidad
EDICIÓN

Un veterinario recoge firmas para declarar la apicultura Patrimonio de la Humanidad

Un tercio de la dieta humana procede directa o indirectamente de la polinización realizada por las abejas
Veterinario apicultor change
​El veterinario, biólogo y apicultor, Enrique Simó Zaragoza.

El veterinario, biólogo y apicultor, Enrique Simó Zaragoza, ha recogido más de 80.000 firmas para su campaña "Protejamos las abejas: Declaren la apicultura Patrimonio de la Humanidad" a través de una iniciativa en Change.org.


“Las abejas son un tesoro gracias al cual tenemos más del 70 % de los alimentos que comemos, según la FAO. Por eso debemos protegerlas urgentemente”, advierte Simó Zaragoza.


El veterinario explica que sin abejas no habría alimentos, ni vida en el planeta. Por ello, a través de una firma, anima a todo el mundo a solicitar a la Unesco que declare patrimonio de la humanidad “el milenario oficio de la apicultura para garantizar la protección de las abejas y la de un sector imprescindible”.


Recientemente, recogíamos en Diario Veterinario el llamamiento que hacía el veterinario y presidente de la Fundación Amigos de las Abejas, Jesús Llorente, ante la falta de recursos empleados en el sector. “La apicultura como actividad económica no ha representado, frente a otro tipo de ganaderías, un gran aliciente para la investigación, desarrollo y puesta a punto de productos para controlar las enfermedades de las abejas”, denunciaba. Añadiendo que, en la mayoría de los casos, esta falta de interés supone “un gran problema para los apicultores, y todo ello lo podemos resumir en que, actualmente, salvo medicamentos acaricidas, no están en el mercado debidamente autorizados para su uso antibióticos y sulfamidas, que en ocasiones son compuestos necesarios para el control o erradicación de las enfermedades, tanto de la cría como de las abejas adultas”.


Llorente aseguraba que se calcula que el 90 % de las plantas silvestres y el 75 % de los cultivos para consumo humano dependen de la polinización”, defendía Llorente.


RAZONES PARA FIRMAR


Simó Zaragoza da una serie de razones para firmar en Change.org. La primera de ellas es que es “imprescindible para nuestros ecosistemas naturales y agrarios y que está en una situación límite”.


Asimismo, recuerda que ya aparecen en pinturas rupestres escenas de recolección de miel y que cada vez que consumimos miel de nuestros productores, estamos ayudando a la polinización de nuestros ecosistemas.


“La polinización contribuye directamente en la regeneración de ecosistemas y en la conservación de especies amenazadas (vegetales y animales), favoreciendo así la fructificación y la producción de semillas de especies cultivadas y silvestres”, apunta.


En España el beneficio en polinización, sólo en el sector agrario, se estima que supera los 4.000 millones de euros anuales. En todo el mundo ese beneficio se estima que superaría los 153.000 millones de euros al año.


Por otra parte, explica que las abejas y los insectos polinizadores son los pilares de la biodiversidad y bioindicadores de la salud del planeta.


“Nuestra apicultura está en la cuerda floja al límite de la rentabilidad, inmersa en una grave crisis de precios y asfixiada por problemas sanitarios. El déficit de polinización es la consecuencia más grave del denominado “síndrome de despoblamiento apícola” que provoca en todo el mundo la muerte de millones de colmenas al año. Las abejas existen en la tierra desde hace 60 millones de años y pueden sobrevivir sin los humanos. El Homo sapiens apenas lleva 250.000 años en el planeta y no puede sobrevivir sin las abejas. Un tercio de la dieta humana procede directa o indirectamente de la polinización realizada por las abejas”, indica el experto.


Por último, manifiesta que España es uno de los pocos países del mundo donde todavía se conserva inalterada la raza de abejas autóctona (Apis mellifera iberiensis) “y todavía estamos a tiempo de salvarla”.   

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