Juan Rof Codina, impulsor de la veterinaria en España, nombrado Científico Gallego del Año

Juan Rof Codina (El Prat de Llobregat, Cataluña, 31 de agosto de 1874 - Lugo, 31 de agosto de 1967) fue uno de los principales impulsores de la medicina veterinaria en España. Según cuenta la propia RAGC, Rof Codina fue el tercer hijo de una modesta familia catalana, en la que su padre, Pablo Rof Xirinachs, tenía un taller de herrería y cerrajería, Rof se vio obligado a dejar la escuela para ayudarle en el taller. Animado por su madre, Micaela Codina Portillo, se traslada a Madrid para estudiar en la Facultad de Veterinaria, primero trabajando de joven en una farmacia para cubrir sus gastos.

Obtuvo el cargo de teniente veterinario militar en 1898 y fue destinado a Lugo, donde nació el interés por los problemas ganaderos de Galicia. Su introductor en este campo fue el veterinario Ramón Carballo. Junto a otros técnicos agrícolas de la época, Rof Codina trabajó incansablemente por la renovación técnico-productiva de la agricultura gallega a lo largo del siglo XX, destacando dos campos: la aplicación y difusión de las innovaciones zootécnicas y la implantación de medidas de higiene del ganado para la mejora sustancial de la contingente ganadero, para el cual comienza a escribir artículos divulgativos de buenas prácticas; y la organización y valorización de la profesión veterinaria en España.

Su presencia en la Galicia rural le permite conocer las enfermedades más extendidas de la época, como la gripe -glosopeda o fiebre aftosa- y el recién nacido -ántrax bacteriano-, convirtiéndose en el primer divulgador de la obra de Pasteur sobre estas enfermedades. En cuanto a los aspectos organizativos, también fue un agrario decidido y participó en varias iniciativas encaminadas a la difusión del asociacionismo agrario, ayudando, por ejemplo, en la creación de mutuas de seguros.

Junto a su cuñado Jesús Carballo, también veterinario, abrió la primera clínica veterinaria gallega en 1905, que fue también la primera de estas características en el Estado, denominada Gran Clínica Veterinaria de Lugo.

En 1909 obtuvo el cargo de Inspector Provincial de Higiene del Ganado y se trasladó a A Coruña, donde ocupó el cargo durante más de veinte años.

En 1932 pasó a ser jefe de la Inspección General Veterinaria de Madrid. Desde ese cargo, se centró en el desarrollo y dignificación de la ganadería. Tras la Guerra Civil Española, el régimen de Franco abrió un proceso contra él y fue condenado al exilio en Tenerife, isla donde permaneció hasta 1941, cuando regresó a Lugo. En su ciudad de adopción se jubiló en 1944, aunque permaneció en activo a través de la Cátedra de Difusión Ganadera de Galicia, que él mismo había creado, hasta la fecha de su fallecimiento a los 93 años. En sus últimos años fue nombrado Lucense del Año (1964) y recibió la Medalla de Oro de la Asociación Nacional de Veterinarios (1965).