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Catedráticos y profesores de investigación, “hombres ocupan un 76 % y mujeres un 24 %”
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Catedráticos y profesores de investigación, “hombres ocupan un 76 % y mujeres un 24 %”

Veterinarias analizan la situación de la mujer en la ciencia y abordan la problemática de la brecha de género
mujer ciencia
Las protagonistas durante la charla.

La Universidad Complutense de Madrid (UCM), con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ha reunido a Paloma Martínez Alesón, investigadora predoctoral; la periodista Victoria Toro, directora de comunicación de la Asociación Española de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT); y las veterinarias María Teresa Paramio, catedrática del Departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona y vicepresidenta de AMIT; Sonia Olmeda García, profesora del Departamento de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid; y María Jesús Molina Cimadevilla, científica y divulgadora en Aprende con Danio, proyectos científicos para niños.


La primera en tomar la palabra ha sido Victoria Toro, que se ha preguntado “¿qué está pasando con las mujeres y la ciencia?”. Toro, a través de datos, ha explicado que en las carreras científicas el recorrido de las mujeres se “desinfla” conforme van avanzando en su proyección profesional.


El 52 % de las personas que inician su carrera profesional de investigador en España en el ámbito de la ciencia –incluyendo tecnología y salud– son mujeres, frente a un 48 % de hombres. Las cifras cambian cuando se trata del proceso de posdoctorado, momento en el que se comienzan a igualar, el 50 % mujeres y el 50 % hombres. Así, el siguiente paso al que los profesionales se enfrentan, el contrato como titular, supone ya un punto álgido en la brecha de género, la cifra de mujeres desciende hasta el 44 % y la de los hombres se sitúa en el 56 %”, ha comentado.


Asimismo, afirma que esta desigualdad de género se hace ya más palpable en el último escalón. “Cuando se trata de catedráticos y profesores de investigación, los hombres pasan a ocupar un 76 % de los puestos y la mujer quede relevada al 24 %”.


“Tenemos que seguir denunciando e insistiendo en los cambios legislativos para lograr la igualdad en la ciencia, aunque parezcamos pesadas”, ha reclamado la directora de comunicación de la Asociación Española de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT).


MEDIDAS PARA ACABAR CON LA DESIGUALDAD


Si bien, apuntan que esto “ocurre en unas áreas concretas, en las científicas”. Además, las ponentes han reconocido que este fenómeno se da con mayor frecuencia en las profesiones que actualmente tienen una mayor proyección laboral, las denominadas “carreras STEM (Science, Technology, Engineering y Mathematics)”.


Para solucionar la problemática de la escasa representación de la mujer en puestos de mayor responsabilidad, han recordado que desde las instituciones “se han llevado a cabo medidas como las mal llamadas cuotas”. “Esta es una herramienta necesaria y efectiva para lograr que grupos que cuentan con menor representación dentro de una profesión consigan lograr un porcentaje más igualitario”, han señalado. En este aspecto, todas las ponentes han coincidido en la importancia de involucrar en las clases del colegio, desde edades más tempranas, a las niñas para despertarles un mayor interés en las materias relacionadas con la ciencia.


Por otro lado, indican que la falta de mujeres en estos puestos también se ve agravada por la situación personal. “Mientras que los datos muestran que ellas ganan menos y tienen peores condiciones laborales, los hombres, además de contar con una mejor situación laboral, dedican mayor tiempo al trabajo remunerado y menos al cuidado con los niños, factor que hace que sean las mujeres las que dediquen mayor tiempo al cuidado del hogar”.


CÓMO LLEGARON A SER INVESTIGADORAS


Las veterinarias han contado su experiencia personal. Sonia Olmeda, quien reconoció que nunca había tenido oportunidad de hablar sobre sí misma en este ámbito, comenzó recordando y poniendo de ejemplo a su madre, “cuando se casó la obligaron a dejar de trabajar”. Olmeda contó que mientras realizaba su línea de investigación en enfermedades transmitidas por garrapatas se sentía “superwoman”, “tenía que ser profesional, madre y esposa”, destacó. Ahora, su hija parece seguir sus pasos y quiere terminar también en la actividad investigadora.


Por su parte, María Jesús Molina recordó que comenzó en el mundo de la investigación con un proyecto de xenotransplantes, ahora se dedica a realizar programas científicos para niños, Aprende con Danio. La idea de crear este programa surgió cuando se encontraba en Barcelona realizando una formación en la que trabajaba con peces, en concreto con una especie que pone huevos transparentes. A la veterinaria se le ocurrió llevar esta especie hasta los colegios de su zona: “Me di cuenta de que cuando unes a un niño y a un pez haces que los pequeños se enamoren de la ciencia”, así comenzó su propio proyecto de divulgación científica.


Con la experiencia de los colegios y el feedback que le han ido dando los profesores con los que ha trabajado, la veterinaria ha podido concluir que estas actividades producen una mayor atención e interés en las chicas. “El 70 % de los visitantes que tenemos en la web son mujeres”, afirmó.


Todas las ponentes se ven reflejadas en las experiencias personales de las otras. “Hay que contar lo que nos ocurre, el problema no es nuestro”, insiste Toro, para denunciar que, en ocasiones, las propias mujeres sienten que son ellas las responsables de no poder seguir con sus carreras o de ostentar puestos de menor responsabilidad y tener peores condiciones laborales. “El problema no es casarte y tener hijos, sino que no haya modelos de hombres que ayuden”, concluye.   

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