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La piroplasmosis equina produce pérdidas millonarias, una enfermedad endémica en España
EDICIÓN

La piroplasmosis equina produce pérdidas millonarias, una enfermedad endémica en España

La prohibición de exportar caballos positivos a países libres de la enfermedad origina pérdidas millonarias a la industria equina, según recoge la tesis doctoral que será defendida por Eliazar Camino en el Centro VISAVET de la Universidad Complutense de Madrid
Caballos establo
Una vigilancia epidemiológica anual y pruebas serológicas previas a movimientos podrían ayudar a controlar la piroplasmosis equina en España.

La piroplasmosis equina (PE) es una enfermedad parasitaria de los équidos (caballos, burros, mulas y cebras) causada por dos protozoos apicomplexos intraeritrocitarios: Theileria equi (antes designado como Babesia equi) y Babesia caballi. Estos parásitos son principalmente transmitidos por garrapatas ixódidas pertenecientes a los géneros Dermacentor, Hyalomma y Rhipicephalus


Sin embargo, la transmisión puede también ocurrir por transfusión materno-fetal y por vía iatrogénica. Esta enfermedad puede manifestarse de forma hiperaguda, aguda, subaguda o crónica, por medio de signos clínicos variables y no específicos tales como: fiebre (>40ºC), palidez de las mucosas, ictericia, edema periférico, anorexia, pérdida de peso, disminución del rendimiento y esplenomegalia. Los caballos que superan la infección aguda pueden permanecer como portadores de estos parásitos durante largos periodos de tiempo, siendo una fuente de infección para las garrapatas y otros caballos.


La PE se considera endémica en muchos países del sur de Europa (incluyendo España), África, Asia, Centro y Suramérica. Países como EEUU, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Australia están libres de esta enfermedad, estatus que intentan mantener permitiendo solo la entrada de caballos seronegativos a PE. Este requisito limita el movimiento internacional de caballos provocando así elevadas pérdidas económicas en el sector equino español ya que una gran parte de los caballos resultan seropositivos. Este hecho afecta especialmente al comercio de caballos de Pura Raza Española (P.R.E), los cuales suponen el 85% de los caballos de raza pura en España y casi el 100% de las exportaciones a Europa y América.


Hasta la fecha, la PE solo ha sido estudiada en determinadas regiones geográficas de nuestro país y con frecuencia el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad están basados únicamente en el criterio clínico y epidemiológico de los veterinarios de campo, sin tener una confirmación por el laboratorio de la presencia en sangre de los agentes parásitos.


En esta línea, Eliazar Camino Gutiérrez ha realizado su tesis doctoral titulada “Estrategias para la prevención y el control de Theileria equi y Babesia caballi en la población de équidos de España”, con la intención de describir la actual situación epidemiológica y diversidad genética de T. equi y B. caballi existente en todo el territorio español, la estimación de las pérdidas económicas que la PE supone para la industria equina española y la evaluación de las técnicas diagnósticas más apropiadas en caballos con sospecha clínica de esta enfermedad.


Para ello se llevaron a cabo cinco estudios: un estudio piloto en la zona centro de España, un estudio nacional y tres estudios complementarios.


AL MENOS UN CABALLO POSITIVO EN EL 80 % DE LAS EXPLOTACIONES


El estudio piloto se llevó a cabo realizando muestreos en explotaciones ubicadas en la zona centro de España y dedicadas a la cría de caballos P.R.E. Este estudio reveló la presencia de al menos un caballo seropositivo en el 81.1 % (68.2 %-94.0 %) de las explotaciones estudiadas junto con la existencia de una moderada exposición [24.9% (21.3 %-28.6 %)] de estos caballos a T. equi y/o B. caballi, demostrando así el “elevado riesgo de infección de PE al que están expuestos los caballos que residen en dicha zona”, indica Camino.


En el estudio nacional, se recogieron muestras de caballos aparentemente sanos realizándose un muestreo aleatorio estratificado por CCAA en función del censo de caballos existente en cada una de estas regiones. La elevada seroprevalencia de PE encontrada [42.9 % (39.4-46.5)] y el alto porcentaje de caballos que demostraron ser portadores asintomáticos [30.3 % (27.0-33.6)], confirmaron la situación endémica de esta enfermedad en España, existiendo una exposición dos veces mayor a T. equi [35.8% (32.3- 39.25)] que a B. caballi [15.6% (13.0-18.2)].


Según la autora, “Navarra y Extremadura fueron las CCAA con mayores niveles de positividad a PE, mientras que los niveles más bajos se encontraron en Castilla La Mancha, Andalucía y en el área este del país”.


En los dos estudios anteriores también se llevaron a cabo encuestas epidemiológicas, que incluían información relativa tanto del propio animal como de la explotación de residencia del mismo, con el objetivo de identificar factores de riesgo asociados con mayores niveles de seroprevalencia de PE. Un mayor número de sementales en las explotaciones, el aumento de la edad de los caballos, la presencia de garrapatas y el contacto directo con ganado bovino fueron factores relacionados con una mayor seropositividad a PE. Por el contrario, la aplicación de un programa de vacunación y de medidas de desinfección en las explotaciones, junto con la asistencia de los caballos a ferias, competiciones u otras actividades resultaron ser factores que podrían ayudar a controlar dicha enfermedad.


PÉRDIDAS ECONOMICAS ANUALES DE 14,5 MILLONES DE EUROS


En el estudio complementario 1 se incluyeron muestras de sangre de caballos que mostraban signos clínicos compatibles con PE, llevándose a cabo en dichas muestras análisis hematológicos, bioquímicos, inmunológicos y moleculares. Los caballos parasitados por B. caballi mostraron una anemia hemolítica más severa que aquellos parasitados por T. equi, encontrándose en éstos últimos una marcada leucocitosis.


El nivel de acuerdo entre los resultados de PE de los tests serológicos y moleculares fue moderado (k = 0.587); sin embargo, pese a que un elevado número de caballos (42.9 %) resultaron positivos a PE mediante PCR, la visualización de los agentes parásitos utilizando frotis sanguíneos solo se demostró en un 9.3 % de los individuos. “Estos resultados confirman que la PCR es la técnica de elección para el diagnóstico correcto de la PE en cuanto a la detección de T. equi y/o B. caballi, pudiendo además considerar ciertos parámetros hematológicos como biomarcadores de la infección causada por uno u otro parásito”.


El estudio complementario 2 se desarrolló con el fin de conocer el impacto económico que la PE supone en la exportación de caballos a países libres de esta enfermedad. El análisis serológico de PE realizado en caballos con destino exportación durante un periodo de tres años (2015-2016, 2016-2017, 2017-2018) reveló que “un 24.1 % (22.6-25.5) de estos caballos no podían ser comercializados a dichos países, suponiendo así pérdidas anuales de aproximadamente 14.5 millones de euros”. Además, se observó un aumento significativo del 2.2 % en el número de individuos positivos a B. caballi a lo largo de dicho periodo (2015-2018).


Por último, en el estudio complementario 3 se investigó la presencia y distribución geográfica de los distintos genotipos de T. equi y B. caballi que circulan actualmente por todo el territorio nacional. Los análisis filogéneticos revelaron la existencia de tres genotipos para T. equi (A, D y E) y dos para B. caballi (A y B), identificándose por primera vez en nuestro país los genotipos D y B. El genotipo A de B. caballi se encontró únicamente en regiones del norte de España.


Sin embargo, “se demostró la existencia de una mayor circulación de T. equi, localizándose al genotipo E en todas las CCAA estudiadas y al genotipo A en zonas del centro y del sur de la península”, explica Camino.

Los resultados de esta tesis doctoral indican la existencia de una elevada exposición a T. equi y B. caballi en todo el territorio nacional junto con una posible propagación de estos parásitos en la actualidad, hecho asociado principalmente al movimiento no controlado de caballos tanto entre las distintas CCAA españolas como entre países endémicos de PE.


En resumen, la autora apunta que “la implantación en España de una vigilancia epidemiológica anual y de pruebas serológicas previas a dichos movimientos podrían ayudar a controlar esta enfermedad”.

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