Si hace una semana era noticia que los facultativos veterinarios y farmacéuticos de Asturias encargados de la vigilancia, inspección y asesoramiento de Salud Pública a pie de calle no podían trabajar porque una disfunción burocrática los había dejado sin coches, situación en la que, por cierto, siguen, ahora la noticia es que sus compañeros, los médicos veterinarios dependientes de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial, “están sufriendo retrasos y disfunciones en sus actuaciones sanitarias debido a que, inconcebiblemente, se les están asignando labores de mantenimiento de vehículos oficiales”, denuncia el Sindicato Veterinario Profesional de Asturias (Sivepa).
Las funciones de los veterinarios de Medio Rural, al igual que las de sus compañeros de la Consejería de Salud, son funciones de Veterinaria de Salud Pública. Estos facultativos adscritos a Medio Rural se encargan, entre otras cuestiones, de controlar las zoonosis sobre los animales vivos, la seguridad de los alimentos a nivel de producción primaria o las temidas resistencias microbianas, todo ello para proteger la salud de las personas. “Unas importantes y altamente demandadas labores sanitarias, y más en tiempos de pandemia y con la gripe aviar y otras zoonosis como el virus Crimea Congo o la fiebre Q amenazando a la vuelta de la esquina. Y más demandadas aún si tenemos en cuenta que Asturias cuenta con una plantilla de titulados muy inferior a la media Estatal por censo de explotaciones y habitantes”, indica Sivepa.
Según explican, “el parque de vehículos de Medio Rural es extenso, disperso y obsoleto, y precisa de reparaciones constantes con continuas dificultades para superar la ITV y, dentro de esta situación general, los vehículos asignados a los veterinarios además han sido motivo constante de quejas por ser los que se encuentran en peor estado. En este caldo de cultivo, este año la Administración asturiana ha cambiado su criterio y exige tres presupuestos de distintos talleres para poder realizar cualquier reparación en un vehículo oficial por pequeño que sea el importe. Y para más disfunción, caos y malversación de recursos sanitarios, los facultativos veterinarios han denunciado a este sindicato que se les han dado instrucciones de que empleen parte de su jornada laboral en cuestiones de mantenimiento como acudir con el coche a dichos talleres para pedir tales presupuestos o incluso llevar el vehículo a la ITV. Esto sería el equivalente en Salud Pública a que en la sanidad asistencial se le pidiera a un médico de la UCI que llevara a revisión técnica un equipo de anestesia en lugar de atender a sus pacientes; lo cual es fácil de juzgar como un mal empleo de recursos sanitarios públicos”.
Uno de los coches utilizados por los veterinarios.