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Describen las lesiones asociadas al eczema facial en rumiantes
EDICIÓN

Describen las lesiones asociadas al eczema facial en rumiantes

Investigadores de la Universidad de León y del Instituto Vasco de Investigaciones Agrarias describen las manifestaciones de esta enfermedad de forma exhaustiva
Ovejas pastoreo
Lesiones asociadas al eczema facial en rumiantes.

El eczema facial es una enfermedad de los rumiantes asociada al pastoreo, que se manifiesta por una fotosensibilización secundaria, la cual produce una dermatitis de gravedad variable en animales de capa clara principalmente, con fiebre, fotofobia, lagrimeo y descarga nasal, acompañados de edemas en las orejas, párpados y labios, y en ocasiones toda la cabeza.


Este cuadro puede estar acompañado por prurito facial, y en pocos días evoluciona hacia la formación de eczemas, costras y alopecias en las áreas afectadas. La fotosensibilización y las manifestaciones clínicas asociadas, son la consecuencia de las lesiones hepáticas que producen las toxinas de un hongo saprófito (Pithomyces chartarum) que vive en la materia vegetal muerta de los pastos. Estas toxinas, denominadas esporidesminas, producen graves lesiones hepáticas que conducen a cirrosis extremas de las que deriva la acumulación en sangre de un metabolito de la clorofila, la filoeritrina.


Esta sustancia desencadena una reacción de fotosensibilización en las zonas corporales más expuestas al sol, como es la cabeza. En el hígado, las lesiones macroscópicas consisten en atrofia total o parcial de lóbulos, cirrosis y perihepatitis, y microscópicamente se observa hepatitis y fibrosis periportal y degeneración y necrosis de los conductos biliares, entre otras lesiones. Como consecuencia de las lesiones hepáticas, se producen alteraciones en las enzimas hepáticas, en especial la GGT (gamma glutamil transferasa), que sirve de indicador para estudios epidemiológicos de la enfermedad.


El hongo Pithomyces chartarum crece en la base de las plantas muertas. El problema aparece al final del verano e inicio del otoño, a consecuencia del comienzo de las lluvias tras una sequía estival. El calor y la humedad favorecen el crecimiento del hongo, multiplicándose la producción de esporas fúngicas.


En este sentido, se han descrito como “parcelas de riesgo” aquellas en las que la hierba tiende a secarse y morir, y que posteriormente, es colonizada por el hongo. Con las primeras lluvias del otoño, éste comienza su multiplicación. El pastoreo intensivo de las parcelas incrementa la incidencia del eczema facial, ya que ocasiona un agotamiento de los pastos. También se ha descrito una mayor proliferación del hongo y de sus toxinas cuando los pastos están compuestos por gramíneas.


Este problema se describió por primera vez en el País Vasco a finales de los años 80, por investigadores del Instituto Vasco de Investigaciones Agrarias (SIMA, y ahora NEIKER), y se ha visto que afecta a otras zonas con similar climatología, como Asturias. Ahora, junto con los investigadores del Departamento de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de León, acaban de publicar un artículo donde se describen las lesiones histopatológicas de esta enfermedad.

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