El Gobierno evita responder cuándo bajará el IVA veterinario

El pasado 1 de febrero, la diputada Alicia García del Grupo Parlamentario Popular registró una pregunta hacia el Gobierno sobre las previsiones del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, a través de la Dirección General de Bienestar Animal, de proponer bajar el IVA de los servicios veterinarios.

La respuesta del Gobierno se centra en explicar que ya decidieron “la aplicación de tipos impositivos reducidos a la mayoría de las entregas de bienes y prestaciones de servicios efectuadas a favor de los titulares de explotaciones agrarias”.

De esta forma, obvian referirse a si prevén bajar pronto el IVA de las actividades veterinarias relacionadas con pequeños animales que, desde el 1 de septiembre del 2012, están gravadas con un 21 % general de IVA.

Cabe recordar que una de las medidas reflejadas en el acuerdo del Gobierno de coalición recogía el compromiso de impulsar una nueva Ley de Bienestar Animal “que garantice una relación respetuosa hacia todos los seres vivos, incluyendo la revisión de la fiscalidad de los servicios veterinarios”.

El incremento de trece puntos en el IVA - del 8 al 21 % - ha provocado un notable descenso en las visitas de los propietarios de animales a las clínicas veterinarias, lo que ha perjudicado el necesario control de enfermedades zoonóticas transmisibles al ser humano, según han denunciado diversos colegios de veterinarios. Este retraimiento de visitas puede causar un aumento de enfermedades que afectan a las personas, y que son transmitidas por animales, como la rabia, la sarna, la tuberculosis o leptospiras o hidatidosis, entre otras, además de influir negativamente en el bienestar animal, provocando sufrimiento innecesario y evitable a los animales. Según informan, se ha constatado la grave disminución de vacunas en perros. Por citar dos ejemplos, en 2017 solo el 31 % de los perros identificados se vacunó en Andalucía y el 11 % en Asturias.

Uno de los que ha denunciado esta situación es el presidente del Colegio de Veterinarios de Asturias, Armando Solís: “Desde que se produjo esa variación, se detecta una caída en las visitas al veterinario, lo que debilita todo el sistema de prevención y salud de los animales de compañía. Esto no es bueno ni para ellos ni para las personas con las que conviven”.

“No tiene sentido mantener un gravamen tan elevado, que considera al animal de compañía como un artículo de lujo, siendo este de vital importancia para el bienestar físico y mental de las personas”, añadía Solís.