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Una veterinaria en la Borgoña, la película que resalta la ardua tarea del veterinario rural
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Una veterinaria en la Borgoña, la película que resalta la ardua tarea del veterinario rural

Una veterinaria en la Borgoña es una comedia rural rodada en Francia que destaca las duras condiciones de trabajo de los veterinarios rurales y lo indispensables que son
Una veterinaria en la Borgoña
Imagen de la película Una veterinaria en la Borgoña.

En el corazón de la Borgoña, Nico, el último veterinario de la zona, lucha por salvar a sus pacientes, su clínica y su familia. Cuando Michel, su compañero y mentor anuncia su retiro, Nico sabe que la peor parte está por llegar. "No te preocupes, he encontrado a la siguiente generación" Excepto que...la siguiente generación es Alexandra, una recién graduada brillante, misántropa y que no tiene ningún deseo de enterrarse en el pueblo de su infancia. ¿Conseguirá Nico que se quede?


Esta es la historia de Una veterinaria en la Borgoña, una comedia entrañable dirigida por Julie Manoukian y que ha sido todo un éxito en Francia, convirtiéndose en una de las películas francesas más taquilleras de 2020.


“Durante años había estado siguiendo a médicos-autores como Martin Winckler, Baptiste Beaulieu o Jaddo, de los que admiraba la pasión, la humanidad y el humor. Cuando empecé a investigar sobre los veterinarios en zonas rurales, descubrí sus condiciones de trabajo, la presión creciente, y encontré el mismo humor, la misma pasión y el mismo heroísmo discreto que caracteriza a esta profesión tan sacrificada”, confiesa Manoukian.


De esta forma, la directora francesa se decidió a escribir una historia sobre un veterinario rural, “me enamoré de su profesión, que siguen ejerciendo con pasión y abnegación, a pesar de un estatus que en plena descomposición y de unos clientes que les exigen cada vez más”.


Manoukian ha descubierto que los veterinarios “son personas que entregan su vida al servicio de los demás. Trabajan en condiciones difíciles, con horarios enloquecidos, y que reciben salarios que no se corresponden con el enorme esfuerzo que han tenido que hacer para conseguir su diploma ya que se trata de una de las carreras más difíciles. Un veterinario rural debe saber tratar a prácticamente todos los animales, de compañía o salvajes, sin olvidar las especies exóticas. Debe estar disponible día y noche, tanto para asistir a partos como para otras emergencias. Además de ayudar a nacer, también recae sobre ellos la exorbitante responsabilidad del derecho a la eutanasia que tienen sus pacientes”.


El mensaje de la película, como ella misma cuenta, es “que los veterinarios son personas indispensables. Y que necesitan ayuda”.


Uno de sus protagonistas, el actor Clovis Cornillac, explica que se enganchó rápidamente al guión de Una veterinaria en la Borgoña, “en los 35 años que llevo haciendo cine, era la primera vez que veía un proyecto que hablaba de una profesión tan popular entre los niños, y que, personalmente, siempre he admirado por la abnegación que exige a los que la practican, ¡porque los animales no pueden dar las gracias! ¡Que nadie hubiera pensado en convertir a esas personas en protagonistas de una película me pareció alucinante! Incluso antes de abrir el guión, la idea ya me parecía genial. Cuando lo leí, seguía igual de entusiasmado”.


El próximo 16 de abril se estrenará Una veterinaria en la Borgoña en los cines españoles.





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