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La problemática de la falta de sueño en el sector veterinario
EDICIÓN

La problemática de la falta de sueño en el sector veterinario

Los veterinarios pueden estar cansados después de un turno exigente en la clínica o de una larga jornada en el campo, sin embargo, hay poco reconocimiento dentro de la profesión de que esto supone un peligro para la salud de los trabajadores
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el exceso de trabajo y la falta de sueño “pueden poner en peligro la salud y seguridad de los trabajadores, y aumentar su susceptibilidad a enfermedades infecciosas".

Se ha estudiado poco sobre cómo la fatiga causada por la falta de sueño daña a los trabajadores de las clínicas veterinarias, y parece haber poco reconocimiento dentro de la profesión de que estas condiciones pueden suponer un peligro en materia de prevención de riesgos laborales.


La fatiga por falta de sueño ocurre cuando una persona no duerme las horas adecuadas para su grupo de edad. Los signos que produce son inespecíficos, pero, a la vez, difíciles de ignorar. Letargo, irritabilidad o dificultad para concentrarse son algunos de los más habituales.Esta falta de concentración, además de una bajada del rendimiento laboral, aumenta el riesgo de sufrir accidentes dentro del entorno de trabajo.


RIESGOS LABORALES


Un estudio elaborado por la organización estadounidense National Safety Council (NSC), cuya labor se centra en materia de seguridad laboral, encontró que los trabajadores que dormían menos de cinco horas de sueño tenían tres veces más probabilidades de lesionarse en el trabajo que los trabajadores que descansaban siete o más horas al día.


Jenny Burke, directora del NSC, comparó la deficiencia del sueño con el consumo de alcohol: “La mayoría de nosotros no tomaríamos tres cervezas y conduciríamos a casa, ¿verdad? Pero esencialmente estamos haciendo lo mismo cuando nos alejamos dos horas de una noche normal de sueño”.


Burke y su equipo llevaron a cabo una encuesta sobre el reconocimiento de signos de fatiga en una empresa en la que participaron más de 500 empleados de departamentos de recursos humanos de diferentes compañías. Aproximadamente el 50% informó que los empleados se habían quedado dormidos en el trabajo, el 57% afirmó que los empleados faltaron al trabajo porque estaban cansados y un tercio informó lesiones y accidentes en el lugar de trabajo. “Estos son solo los incidentes que los empleadores están notando”, advierte Burke, y agregó que “la fatiga le cuesta a la economía estadounidense 400 mil millones de dólares al año”.


El sueño es tan esencial para el bienestar físico y mental que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades clasifican el insomnio y otros trastornos del sueño como una epidemia de salud pública. Sobre esta problemática, la especialista considera que hay mucho trabajo por hacer, ya que “solo el 11% de los trastornos del sueño reales se diagnostican y tratan, por lo que el 89% tienen un trastorno del sueño y no lo saben”.


MEDICINA HUMANA, UN ESPEJO EN EL QUE REFLEJARSE LA VETERINARIA


Poco se sabe sobre la fatiga y sus impactos dentro de la profesión veterinaria, que en los últimos años ha centrado su atención en mejorar la salud mental y el bienestar de sus miembros. Por este motivo, la experiencia de los trabajadores de medicina humana en esta área puede resultar instructiva para los veterinarios.


Los profesionales de la salud humana han estado discutiendo sobre los efectos de la fatiga en el desempeño y la toma de decisiones de los médicos durante más de tres décadas. Tras un incidente relacionado con la fatiga producida por exceso de trabajo, el estado de Nueva York aprobó una legislación que ordenaba que los residentes no pueden trabajar más de 80 horas a la semana o por más de 24 horas consecutivas.


Por desgracia, cuando el virus COVID-19 se extendió por todo el país, la situación crítica obligó a incumplir los protocolos y realizar jornadas extenuantes. Ante esta situación, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades advirtieron que el exceso de trabajo y la falta de sueño “pueden poner en peligro la salud y seguridad de los trabajadores, y aumentar su susceptibilidad a enfermedades infecciosas, pinchazos de agujas, lesiones musculares relacionadas con el trabajo y el agotamiento, además de cometer errores en la atención al paciente”.


Asimismo, otra entidad que trabaja en este ámbito, la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, considera que “existe una necesidad crítica de evaluar las funciones de la interrupción del sueño, la privación del sueño y la desalineación circadiana en el bienestar y el agotamiento de los médicos”.


LOS TURNOS NOCTURNOS, LOS MÁS SUSCEPTIBLES


Los cuidados intensivos, las guardias nocturnas y las emergencias, son un sector de la medicina veterinaria donde los efectos de la fatiga son los más acusados. A pesar de ser un puesto bien remunerado, “existe una gran demanda de veterinarios y técnicos veterinarios para cubrir estas jornadas intensivas, y las clínicas veterinarias están luchando por retener a los miembros del personal y ocupar estos puestos”, comenta Armelle de LaForcade, secretaria ejecutiva de la Academia Estadounidense de Emergencias Veterinarias y Cuidados críticos.


Las razones de la escasez varían, e incluyen el estrés relacionado con el trabajo, el trato con clientes difíciles y la falta de desarrollo profesional en emergencias veterinarias. “Luego a todo eso se agrega tener que trabajar cinco noches seguidas. Te toma un día y medio recuperarte, pero para entonces, estás de vuelta en el trabajo ", explica LaForcade. 


Los ajustes de personal en medicina veterinaria no se realizan teniendo en consideración las horas de descanso necesarias entre jornada y jornada, lo que supone un incremento de probabilidades de sufrir un accidente laboral. Por este motivo, se necesita un modelo que tenga en cuenta estas condiciones, y que permita a los miembros del personal recuperarse del trabajo nocturno. “No creo que las clínicas sepan qué hacer cuando contratan veterinarios de emergencias, por lo que les dan estos horarios locos, como noches de viernes, sábado y domingo”, apunta la especialista.


A MAYOR TAMAÑO DEL PACIENTE, MAYOR GRADO DE FATIGA


Al igual que sus compañeros de clínica de pequeños animales, los veterinarios de animales grandes están bien familiarizados con este tipo de fatiga. Los turnos de guardia, las horas en la carretera, además del manejo de pacientes que pesan cientos de kilos pueden desgastar fácilmente a este tipo de profesionales.


“La fatiga es un problema muy real para los practicantes de equinos porque la apreciación de nuestros clientes a menudo se mide por nuestra disponibilidad para ellos”, indica Cara Rosenbaum, veterinaria de equinos en Illinois. “Puede que solo trabajes de 8 a 5, pero luego estás al teléfono hasta las 8 de la noche respondiendo las preguntas de los clientes”, añade.


Rosenbaum señala que existe una condición indispensable para evitar caer en el síndrome de fatiga y poder descansar correctamente, establecer límites. “Hay que separar la jornada laboral con los clientes y no estar a su entera disposición”, aconseja.

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