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La historia de Noa, una gata que se encontraba perdida
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La historia de Noa, una gata que se encontraba perdida

​Los veterinarios del Hospital Clínico Veterinario CEU han conseguido recuperar a una gata que encontraron desorientada en la calle y con una extremidad dañada
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Primer día post-operatorio de Noa. Imagen: CEU.

El Hospital Clínico Veterinario CEU, con la colaboración de la Colonia Felina de Alboraya, ha conseguido sacar adelante a Noa, una gatita desorientada que recogieron en la calle.


“Había llegado con una herida sangrante en el codo y algo no iba bien con su extremidad delantera izquierda. Al principio estaba muy asustada, pero tras tranquilizarla y quitarle el dolor, descubrimos que tenía una fractura en esa extremidad. Con la colaboración de los compañeros de diferentes servicios del hospital (anestesia, diagnóstico por imagen, cirugía, etc.), pudimos estabilizar y diagnosticar a Noa”, explican.


Los veterinarios localizaron diferentes fracturas en el cuerpo de Noa, afectando a tres costillas, la cadera y el húmero de la extremidad anterior izquierda. El hueso de su pata se había roto en múltiples fragmentos, fragmentos que habían causado daño a los músculos y la piel.


Ante esta situación, y tras valorar el caso, tuvieron que tomar una decisión y decidieron amputarle la patita a Noa.


“Durante la intervención quirúrgica, nos avisan que han encontrado a los propietarios de Noa. Su familia que había estado buscándola día y noche por los alrededores de casa, vieron en anuncio de las Colonias Felinas de Alboraya y acudieron corriendo al Hospital Clínico Veterinario CEU”, continúan.


Si bien, la recuperación no fue sencilla, Noa tuvo problemas para comenzar a respirar sola tras la intervención y le costaba recuperar la temperatura corporal. Pasó la noche en cuidados intensivos bajo la supervisión de los veterinarios internos.


Para su familia, fue una noticia impactante que Noa ahora tuviera 3 patas. Después de una amputación, “cambia el aspecto físico de nuestra mascota, afeitamos bastante pelo y hay cicatrices grandes. Pero la estética no frenó a la familia de Noa, que, tras despertarse, fueron a brindarle todo el amor y cariño que se merece un componente más de la familia”, relatan.


A los 3 días, Noa regresó a casa y tras varios días de adaptación a su nueva condición, vuelve a ser una gatita feliz y mantiene los mismos hábitos que antes.

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