Gracias a las sesiones de terapia ofrecidas por el Walden Animal Hospital, en Gran Sudbury (Canadá) con una cinta de correr subacuática, una perra ha conseguido recuperarse de su pata lesionada.
Mandi, una mezcla de la raza corgi y pastor australiano, se lastimó su pata “cuando resbaló con un poco de barro mientras estaba jugando”, explica su dueño Scott Morrison.
Rápidamente, la perra empezó a cojear y cuando la llevaron al veterinario “tuvimos algunos problemas para obtener un diagnóstico”, señala Morrison.
Finalmente, tras una cirugía, Mani comenzó con sesiones de terapia que incluían una cinta para correr bajo el agua, lo que definitivamente, según su dueño, “la ayudó a mejorar”.
Y es que, tal y como explica la Dra. Carolyn Lariviere, dueña del Hospital, “durante mucho tiempo todo lo que pudimos ofrecer fue cirugía o medicina. Pero al igual que con los humanos, el campo en la medicina veterinaria se ha abierto y hemos aprendido que cosas como la fisioterapia, el masaje, la acupuntura, la quiropráctica contribuyen en gran medida al bienestar del animal y a controlar su dolor”.
Así, Lariviere explica que “la cinta de correr subacuática ayuda a los animales a conseguir masa muscular, sin que sea doloroso, ya que el agua les proporciona resistencia y así desarrollan el músculo sin que tengan un gran impacto en los huesos ni en las articulaciones lastimadas”.
De esta manera, “los pacientes que están tomando este tipo de enfoque terapéutico después de la cirugía se están curando más rápido. Son capaces de hacer más después de la cirugía que otro perro tras seis semanas fuera del hospital. Es realmente impresionante”, asegura.
TAMBIÉN PARA GATOS
Esta terapia con cinta de correr, además de para perros, también ha sido empleada para felinos, aunque en ella el agua no está presente.
“Hemos tenido un par de gatos que tienen obesidad y problemas de estreñimiento, y una vez que comienzan a caminar en la máquina para correr, comienzan a hacer ejercicio y a reducir sus problemas”.