Navarra destina ayudas a mejorar la bioseguridad de explotaciones ganaderas

El 31 de enero finaliza el plazo para solicitar ayudas a inversiones en la mejora de la bioseguridad de las explotaciones ganaderas, dotadas con un total de 250.000 euros.

La convocatoria de estas nuevas ayudas se publicó en el Boletín Oficial de Navarra (BON) del pasado 4 de diciembre de 2019, y responde a la especial preocupación del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente en el mantenimiento y mejora de la competitividad del sector, asegurando las mejores condiciones sanitarias de las instalaciones.

La finalidad de estas ayudas es mejorar los niveles de seguridad sanitaria suficientes en la cabaña ganadera, tanto en los riesgos de difusión de enfermedades entre explotaciones ganaderas, como en la posible influencia de la fauna silvestre como reservorio y fuente de contagio de algunas enfermedades que afectan a la fauna doméstica. Además, se busca proteger e incrementar los niveles de bioseguridad de las explotaciones ganaderas frente a enfermedades como la tuberculosis o la peste porcina africana.

Las bases de la convocatoria tienen como objetivo regular las ayudas para la adquisición equipos y la realización de inversiones dentro de las propias explotaciones ganaderas.

Podrán ser beneficiarias de estas ayudas las personas físicas o jurídicas que cumplan, entre otros, los siguientes requisitos: ser mayor de edad, si se trata de personas físicas; y ser titulares de una explotación ganadera inscrita en el Registro de Explotaciones Ganaderas de Navarra (REGA).

Por bioseguridad se entiende el conjunto de medidas que afectan a las infraestructuras, prácticas de manejo o de puestas en marcha, y cuyo fin es evitar o reducir el riesgo de entrada de enfermedades infecto-contagiosas y parasitarias, y su posterior difusión dentro de una explotación, o hacia otras explotaciones ganaderas.

La inversión en bioseguridad es una mejora necesaria que contribuye al fortalecimiento de todo el sector ganadero en su conjunto, en tanto que aumenta la confianza de socios comerciales, permite una mayor producción y una mejora de la calidad sanitaria de las producciones, disminuye el riesgo de entrada de enfermedades en las explotaciones y, de producirse la infección, reduce su capacidad de difusión.