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El colapso traqueal puede afectar a perros como los chihuahuas o yorkshires
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El colapso traqueal puede afectar a perros como los chihuahuas o yorkshires

El colapso traqueal en los perros que normalmente deriva en tos, puede tratarse a través de un tratamiento sintomático o quirúrgico, dependiendo del paciente
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Los perros de razas pequeñas, entre otras, se caracterizan por su fragilidad física, lo que puede derivar en problemas como por ejemplo el colapso traqueal que, normalmente, afecta a las razas “toy” como los chihuahuas o los yorkshires terrier, debido a la debilidad de su cartílago traqueal. 


Esta afección "se trata de un síndrome que se caracteriza por el aplanamiento dorsoventral de los anillos traqueales, con laxitud de la membrana dorsal. Esto se traduce en un aplanamiento de la tráquea y, en ciertos momentos, tos", explican los expertos de VetClinics Technological Pet Care.


Los momentos en los que puede aparecer esta tos puede ser aquellos “de excitación, ansiedad, por la presión en la garganta al tirar de la correa o durante la ingesta de agua y comida”, subrayan.


De esta patología, los veterinarios apuntan que  "no se ha podido establecer el origen, ya que se trata de una enfermedad compleja, seguramente multifactorial (es decir, que es la suma de diversos factores concurrentes)".


A pesar de ello,  se cree que "puede haber cierta relación con la obesidad, la exposición a alérgenos y sustancias irritantes, así como con factores genéticos relacionados con la formación y desarrollo de los anillos cartilaginosos, ya que digamos que en ciertas genéticas se ha detectado una reducción en el porcentaje de la composición del cartílago glicoproteínas, glicosaminoglicanos, sulfato de condroitina y una menor retención de agua en los anillos traqueales”, indican desde la Clínica Veterinaria San José.


Así, la alteración en la matriz cartilaginosa, favorece la imposibilidad para mantener la rigidez funcional de los anillos y provoca la laxitud de la membrana dorsal, y su consiguiente prolapso hacia la luz traqueal reduciendo su diámetro.


No obstante, para evitar la aparición de una tos más frecuente y que el cuadro clínico del perro empeore, los veterinarios recomiendan “controlar el peso, evitar irritantes inhalados como el tabaco, evitar el uso de collares cambiando a los arneses de cuerpo, y evitar el estrés en la medida de lo posible”.


TRATAMIENTO


Según los expertos, existen dos tipos de tratamientos para la patología, y son: el tratamiento sintomático o conservador y el tratamiento quirúrgico.


El primero de ellos es el que normalmente se aplica en los colapsos de grado I, II y III, buscando “aliviar la sintomatología que presenta el animal y mejorar su calidad de vida”, y cuyo tratamiento médico es “paliativo, no curativo”.


En cuanto al segundo, sólo es recomendado por los expertos cuando el animal se encuentra en grado IV de la enfermedad, considerado el peor. Sin embargo, no todos los pacientes pueden ser enviados al quirófano, dependerá de cada caso si esta es o no una opción válida. Con la intervención quirúrgica se busca reconstruir la forma de la tráquea, e incluso se puede recurrir a la colocación de una prótesis o de implantes endotraqueales para mejorar la función respiratoria”, subrayan.


CASO EN UN YORKSHIRE TERRIER


Un caso concreto de colapso traqueal es el que cuentan desde el Hospital Clínico Veterinario de la Universidad CEU Cardenal Herrera, donde el protagonista fue un yorkshire terrier de 8 años de edad.


Tommy, el perro en cuestión, acudió al hospital por ataques de tos seca, sobre todo “cuando se ponía nervioso o realizaba actividades moderadas/intensas”, explican desde la propia Universidad.


Tras una exploración física completa, la cual fue normal, posteriormente la realización de unas radiografías de cuello y tórax indicaron que “una porción de la tráquea tenía el diámetro disminuido, por lo que diagnosticamos un colapso traqueal”.


Pero para clasificar el grado de colapso, los veterinarios hicieron una endoscopia a Tommy, previamente sedado para poder ver en vivo la funcionalidad de los cartílagos y de la membrana traqueal. Así, clasificaron el problema del yorkshire en grado II/IV.


Después de recuperarse de la anestesia, “nuestro paciente se fue a casa con su tratamiento correspondiente (antiinflamatorios, antitusígeno y broncodilatadores), además de una dieta adecuada para la pérdida de peso, el cuál no ayuda nada a nuestros pacientes con colapso traqueal”.


Su recuperación, en palabras de los propios veterinarios, fue “muy satisfactoria, ya que Tommy ha dejado de toser y su calidad de vida ha mejorado notablemente”.


Aunque la información proceda de instituciones o profesionales veterinarios, desde Diario Veterinario siempre recomendamos que acudan a su veterinario de confianza.

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