La otitis externa (OE) es un problema común en perros. Una causa primaria es responsable de desencadenar la inflamación del canal auditivo externo (EEC). Las causas primarias de OE canina incluyen alergias, cuerpos extraños, ectoparásitos, endocrinopatías, trastornos de cornificación, neoplasia y enfermedades autoinmunes, siendo las alergias la causa más frecuente de OE en perros. La inflamación dentro del EEC modifica el microambiente normal, lo que puede conducir a una proliferación secundaria de microorganismos y al desarrollo de una otitis infecciosa. El eritema y el edema son indicadores clave de inflamación activa o aguda. El eritema es el signo más temprano de inflamación, mientras que el edema sugiere una inflamación aguda más severa. Si no se trata, la inflamación continua en el tiempo conduce a cambios proliferativos del EEC (factores perpetuantes) que pueden obstaculizar la efectividad del tratamiento y la resolución del proceso. La identificación y el control de todos los factores implicados en la OE, factores primarios, secundarios, predisponentes y perpetuantes (PSPP), y el control de la inflamación son fundamentales para el correcto manejo de la OE.
En el tratamiento de la OE canina, el uso de glucocorticoides tópicos, o incluso sistémicos, es de importancia crítica, ya que poseen propiedades antiinflamatorias, antiproliferativas, antipruriginosas y antisecretoras. Los glucocorticoides ayudan a reducir y prevenir el desarrollo de cambios crónicos (como hiperplasia epitelial y/o glandular y fibrosis) que surgen debido a la inflamación sostenida en el EEC. Estos cambios crónicos pueden ser factores perpetuadores responsables del fracaso del tratamiento o de la recurrencia de la otitis infecciosa. Es importante señalar que incluso los perros con alergias que reciben terapia sistémica pueden desarrollar OE durante el período de seguimiento. Es probable que esto sea el resultado de la ausencia de un control suficiente de la inflamación dentro del EEC.
Se ha demostrado que la solución ótica de aceponato de hidrocortisona (HCA) reduce los cambios inflamatorios en el EEC, sin alterar la diversidad de la microbiota, en perros con OE ceruminoso y diagnosticados con dermatitis atópica (DA). Un estudio reciente ha corroborado este efecto sobre la inflamación del EEC y también ha demostrado que esta terapia ótica puede reducir el sobrecrecimiento de levaduras y bacterias en el OE eritematoceruminoso. Otra ventaja de usar HCA es que tiene una absorción sistémica mínima, lo que permite un uso a largo plazo sin efectos adversos sistémicos. A nivel cutáneo, el aerosol de HCA al 0,0584 % ha demostrado ser eficaz para el manejo proactivo de la DA, tanto como monoterapia como en combinación con tratamientos antipruriginosos/antiinflamatorios sistémicos.
El objetivo de un estudio realizado por C. Lorente-Méndez y D. Alonso-Miguel, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, fue evaluar la eficacia de HCA en el manejo de la OE crónica o recurrente (CR) no infecciosa (ceruminosa), con o sin cambios proliferativos, y analizar su impacto en la prevención de episodios inflamatorios agudos y el desarrollo de OE infecciosa secundaria.
Se incluyeron 63 perros con dueño (115 orejas) con otitis media congénita no infecciosa unilateral o bilateral. La mayoría de las orejas se incluyeron tras la resolución de la otitis infecciosa, ya que la inflamación persistente o la recurrencia requirieron tratamiento adicional.
Se incluyeron los perros con otitis recurrente de más de un año (≥ 1 año) u otitis crónica (≥ 1 mes). La gravedad de la otitis se evaluó mediante la escala Otitis Index Score (OTIS3) y la clasificación de la estenosis y la hiperplasia. Los oídos se trataron con HCA 0,584 mg/ml (Cortavance o Cortotic, de Virbac), ambos con composiciones idénticas. Cortotic, aprobado para uso ótico en 2023, no estuvo disponible en la mayoría de los casos, que se trataron fuera de indicación con Cortavance. Cortavance se instiló fuera de indicación con una jeringa de 1 ml: 0,25 ml para ≤ 10 kg, 0,5 ml para 11-35 kg y 0,7 ml para > 35 kg. Cortotic se aplicó con su bomba específica: una dosis (0,22 ml) para ≤ 10 kg, dos dosis (0,44 ml) para 11-35 kg y tres dosis (0,66 ml) para > 35 kg. Las dosis se ajustaron estrictamente.
La terapia sistémica para la enfermedad alérgica incluyó oclacitinib, oclacitinib más inmunoterapia específica para alérgenos (ASIT), oclacitinib más prednisolona, oclacitinib más ASIT y prednisolona, prednisolona, lokivetmab, lokivetmab más ASIT, lokivetmab más prednisolona, ASIT sola, ciclosporina y dieta de proteína hidrolizada. La prednisolona se administró a 0,25 mg/kg cada dos días, mientras que otros tratamientos siguieron las indicaciones del producto.
De 73 oídos con otitis infecciosa previa, 32 estaban asociados con cocos, 10 con bacilos, siete con cocos y bacilos, 22 con Malassezia y dos con coinfecciones de bacterias y Malassezia.
Se continuó una fase reactiva hasta un OTIS3 < 2, seguida de una fase proactiva con regímenes adaptados a la gravedad de la otitis. Se registraron los tratamientos concurrentes.
El tratamiento fue bien tolerado, incluso en oídos inflamados, y todos los propietarios informaron una buena aceptación. No se observaron efectos adversos.
El tratamiento sistémico para la enfermedad alérgica se mantuvo según lo prescrito. Se recomendó a los dueños usar un limpiador ótico al bañar a sus mascotas, generalmente cada 7 a 15 días en el caso de los perros alérgicos.
La mayoría de los oídos tratados (79,1 %) permanecieron libres de recurrencia durante el seguimiento (media de 202,6 días). La otitis infecciosa reapareció en 24 oídos (17 perros): 19 presentaron un solo episodio, uno presentó dos, dos tres y dos cuatro. Un oído con cambios proliferativos graves al momento de la inclusión, que no respondió al tratamiento médico, requirió ablación total del conducto auditivo externo. El tiempo medio desde el inicio de la HCA hasta el diagnóstico de otitis infecciosa fue de 127,7.
La recurrencia de la otitis infecciosa fue significativamente mayor en oídos previamente afectados por otitis bacteriana (cocos y/o bacilos) que en aquellos sin una infección previa muy reciente. Asimismo, los oídos con antecedentes de otitis causada por cocos o infecciones mixtas bacterianas y levaduriformes presentaron un mayor riesgo de recurrencia que aquellos sin otitis infecciosa previa.
Por el contrario, los oídos previamente afectados por otitis por Malassezia presentaron una menor probabilidad de desarrollar nuevos episodios infecciosos en comparación con aquellos con infecciones relacionadas con cocos o mixtas. No se observó una asociación significativa entre la recurrencia y la otitis purulenta previa, ni con la hiperplasia o estenosis óticas.
Ante estos resultados, los autores comentan que el uso a largo plazo de HCA es una estrategia eficaz y segura para la otitis externa crónica o ceruminosa, que previene la recurrencia y controla la inflamación crónica”. La terapia proactiva desempeña un papel fundamental para mantener la remisión y minimizar las complicaciones infecciosas. Asimismo, consideran que el seguimiento otoscópico y citológico regular sigue siendo esencial para el control de la enfermedad a largo plazo.