Se ha lanzado una nueva red para establecer mejores prácticas en la vigilancia de patógenos con potencial pandémico en aguas residuales. Esta red, denominada WaSPP (Vigilancia de Aguas Residuales para la Prevención de Pandemias, por sus siglas en inglés), se ha lanzado concretamente en Yogyakarta (Indonesia) a principios de este año como una alianza entre ocho socios académicos, organizaciones sin fines de lucro e industriales de África (República Democrática del Congo, Ghana), Asia (Indonesia, Malasia y Camboya) y el Reino Unido.
La red WASPP busca establecer las mejores prácticas para la vigilancia de patógenos prioritarios en aguas residuales, con especial atención a los patógenos virales con potencial pandémico. Así, la red desarrollará herramientas y protocolos para la detección de familias de virus que pueden propagarse de animales a poblaciones humanas. Estas familias de virus incluyen patógenos conocidos como el coronavirus del SARS, el ébola, el virus de Marburgo, el zika, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la fiebre de Nipah y la fiebre del Valle del Rift, así como virus raros o desconocidos que podrían causar la próxima pandemia.
La red WaSPP se ha propuesto implementar de forma piloto la vigilancia en poblaciones de alto riesgo en diferentes países de África y Asia. Asimismo, se centrará en la optimización de métodos y protocolos para la concentración de muestras y la secuenciación de nueva generación. Finalmente, el objetivo de la red es apoyar a sus socios para desarrollar una vigilancia escalable, así como el desarrollo profesional de investigadores en sus inicios de carrera dedicados a la vigilancia de aguas residuales para la salud pública.
El análisis de aguas residuales podría identificar infecciones humanas y la transmisión de virus que no se detectan en las pruebas hospitalarias. Esto permitiría respuestas tempranas a los riesgos de pandemia, incluyendo medidas de mitigación dirigidas a las interacciones entre animales y humanos para prevenir brotes y cualquier propagación de la infección. Asimismo, la secuenciación genética del virus proporciona evidencia de la adaptación a la transmisión humana y la información necesaria para desarrollar contramedidas médicas como diagnósticos y vacunas.
El profesor Nicholas Grassly explica lo siguiente: “Sabemos, gracias a estudios de anticuerpos en muestras de sangre, que las personas a menudo se infectan con virus de origen animal, pero no se identifican como casos porque no enferman o presentan síntomas inespecíficos”. “El análisis de aguas residuales ofrece una herramienta sensible y rentable para la vigilancia que podría identificar estas infecciones, lo que nos permite desarrollar contramedidas y nos brinda una mejor oportunidad de prevenir futuras pandemias”, añade.
La vigilancia de las aguas residuales ha permitido la detección temprana de brotes de polio, lo que ha dado lugar a respuestas de vacunación masiva. Experiencias más recientes con el SARS-CoV-2, el virus de la influenza, el virus respiratorio sincitial, el virus del sarampión, el virus de la viruela del mono y el virus del Zika, demuestran que estos virus pueden detectarse en aguas residuales y que su concentración se corresponde con la incidencia local de la enfermedad. Esto ocurre no solo en ciudades de países de altos ingresos, sino también en zonas urbanas de países de bajos y medianos ingresos donde no existen redes de alcantarillado formales.