Los probióticos, prebióticos, simbióticos y postbióticos se utilizan para promover la salud de los animales de compañía. Se ha comprobado que los bióticos mantienen o mejoran los resultados de salud del tracto gastrointestinal, promueven la respuesta inmune y benefician la salud metabólica. Al igual que en los humanos, las bacterias del ácido láctico (p. ej., Lactobacillus, Enterococcus, Pediococcus), y taxones microbianos relacionados han servido como los probióticos más comunes en los huéspedes animales.
La microbiota intestinal es un conjunto de microorganismos del sistema gastrointestinal del huésped, cuya composición y metabolismo, como la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), tienen efectos bien conocidos sobre la salud. La microbiota mejora funciones como el desarrollo y la permeabilidad gastrointestinal, la inmunomodulación, la protección frente a patógenos, la producción de nutrientes, etc., y su influencia trasciende más allá del sistema digestivo.
Entre los AGCC primarios destaca el butirato como principal fuente energética. Presenta efectos intestinales proabsortivos, antisecretores y antiinflamatorios, junto con posibles beneficios extraintestinales. Sobre la composición bacteriana, actualmente existe controversia sobre los filos predominantes en gatos, especialmente con respecto a la relevancia de Actinomycetota (Actinobacteria), aunque Bacillota parece ser predominante. Existe información limitada sobre el papel que juega la proporción entre los filos más predominantes en gatos. Se sabe que el microbioma se altera en estados patológicos. Por todo ello, en los últimos años ha aumentado el interés por terapias dirigidas a su modulación, abarcando diversas patologías.
El microbioma puede modificarse con la suplementación con probióticos, prebióticos, simbióticos y postbióticos, en adelante denominados “bióticos”. La Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) define los probióticos como “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped”.
En este sentido, el uso de probióticos se considera una forma prometedora de reconstruir el ambiente intestinal y posiblemente tratar algunas enfermedades gastrointestinales y no gastrointestinales. Por ejemplo, la disbiosis intestinal se ha relacionado con la progresión de la enfermedad renal crónica (ERC) en gatos. Sin embargo, las alteraciones funcionales del microbioma y su relación con el metabolismo del huésped en la fisiopatología de la ERC felina siguen siendo inciertas.
Se ha sugerido que la mezcla de Lactobacillus (Lm) puede mitigar la progresión de la ERC al modular la composición de la microbiota intestinal y restablecer el equilibrio microbiano.
En un estudio realizado en Taiwan, el objetivo fue evaluar los posibles efectos de una intervención con Lm durante 8 semanas en gatos con ERC en estadios 2-3 e investigar las interacciones subyacentes entre el huésped y la microbiota mediante un análisis multiómico integrado.
Realizaron la secuenciación completa y una metabolómica no dirigida para caracterizar las complejas interacciones entre el microbioma intestinal y el metaboloma del huésped, e investigar en mayor profundidad la modulación de la función microbiana y sus metabolitos intestinales relacionados antes y después de la intervención. Durante este período, los niveles de creatinina y nitrógeno ureico en sangre se estabilizaron o redujeron en la mayoría de los gatos, y las toxinas urémicas derivadas del intestino mostraron reducciones numéricas modestas sin cambios estadísticamente significativos.
Por otro lado, la intervención Lm también se asoció con una mayor diversidad microbiana intestinal, alteraciones en taxones bacterianos específicos y una regulación positiva de las funciones microbianas involucradas en las toxinas urémicas derivadas del intestino y las vías de biosíntesis de ácidos grasos de cadena corta. Para explorar más a fondo las variaciones individuales en la respuesta, realizaron un análisis exploratorio de subgrupos basado en los cambios en los metabolitos derivados de microbios.
Los gatos clasificados como de alta respuesta al tratamiento, exhibieron composiciones de microbioma, perfiles funcionales microbianos y cambios en los metabolitos distintos en comparación con los de respuesta moderada. Entre los pacientes con alta respuesta, la modulación de las vías microbianas involucradas en la biosíntesis de toxinas urémicas derivadas del intestino (metabolismo de tirosina, triptófano y fenilalanina) fue particularmente evidente.
Notablemente, la abundancia relativa de cepas Lm fue mayor en los pacientes con alta respuesta, lo que sugiere una posible asociación entre la eficiencia de la colonización y los resultados metabólicos microbianos.
Por ello, comentan que este estudio demuestra una interconexión mediada por Lm entre la modulación de la composición microbiana, las funciones metabólicas y los perfiles de metabolitos sistémicos. En general, “nuestros hallazgos sugieren que la intervención con Lm puede influir en el eje intestino-riñón en gatos con ERC”. Estos resultados preliminares resaltan el valor de los enfoques multiómicos para comprender las interacciones huésped-microbio y respaldan una mayor investigación sobre estrategias probióticas personalizadas como posibles terapias adyuvantes en la ERC felina.